jueves, junio 03, 2004

Preocupaciones

Atarse los pasadores no resulta tan sencillo como uno puede creer. Tal vez sea porque el orden de las cosas ya se empieza a confundir y en cualquier momento, estoy seguro, el pasador de mi zapatilla izquierda agitará su cabeza de plástico para darme un piquete en el tobillo. Cuando menos ya sisea.